Comer huevo: mitos y realidades

La mayoría de las personas tienen una idea errónea acerca de las consecuencias de comer huevo. Otras, simplemente, no conocen el verdadero potencial de este alimento tan versátil, sabroso y económico.

El huevo es un alimento muy presente en nuestra alimentación pero que ha pasado por distintas etapas; en algunas de ellas se le ha demonizado y en otras se ha ensalzado su importancia.

La realidad es que es un alimento con una alta densidad nutricional y, por lo tanto, muy recomendable.

Propiedades del huevo

Antes de valorar su aporte de micronutrientes, cabe destacar que el huevo es un alimento que proporciona una buena cantidad de proteína y grasa. Un huevo de unos 60 gramos estaría aportando, aproximadamente, 8 gramos de proteína y 7 gramos de grasa.

El huevo es uno de los pocos alimentos que contienen la gran mayoría de las vitaminas y muchos minerales. En él puedes encontrar vitaminas del grupo B (B12, B1, B2, B3, B9…), vitamina A, vitamina D y vitamina E.

Por otro lado, aporta minerales como el hierro, calcio, magnesio, fósforo, potasio, sodio, entre otros.

Mitos sobre comer huevos

El principal mito que seguro conocerás es el miedo debido al aporte de colesterol que supone el huevo.

Una vez más, es necesario recordar que el colesterol es necesario para nuestro organismo, solo que es importante mantenerlo en unos niveles saludables.

No obstante, se ha descrito que el alto contenido de colesterol en el huevo no supone un aumento proporcional de nuestros niveles de colesterol en sangre.

En un contexto saludable, nuestro cuerpo será capaz de “decidir” si quedarse todo el colesterol del huevo o si es mejor eliminarlo, dependiendo de los niveles sanguíneos.

Nuestro organismo tiene la capacidad de regular estos niveles de dos maneras: mediante el aporte exógeno (alimentación) y mediante la síntesis endógena (síntesis en nuestro cuerpo).

En concreto, se ha descubierto que no existen problemas por comer hasta 3 huevos al día.

«Es mejor tirar la yema y comer solo la clara, que no tiene grasa».

Obviando que un consumo adecuado de grasas es totalmente necesario en nuestra alimentación, una gran parte de los micronutrientes que aporta el huevo se encuentran en la yema.

Por lo tanto, si consumes solo las claras, perderás un alto porcentaje del aporte nutricional que un huevo completo es capaz de proporcionar.

Categorías de huevos

Si te fijas, verás un código numérico escrito en cada huevo que compras en el supermercado.

El primer dígito será el más importante, ya que indica el tipo de crianza y la alimentación de las gallinas.

Existen las siguientes categorías:

0: Son el producto de gallinas que viven libres y en exteriores. Su alimentación se basa, al menos en un 80 %, en piensos de procedencia ecológica. Además, se restringe el uso de antibióticos u otros medicamentos en estas gallinas.

1: Se refiere a las gallinas que viven en exteriores o en grandes gallineros con libertad de movimiento. En este caso, la alimentación tendrá una procedencia ecológica inferior al 80 %.

2: Estos son los huevos que provienen de gallinas criadas en el suelo, en una nave o en un gallinero sin acceso al exterior. La alimentación se basa casi exclusivamente en pienso.

3: Son el producto de gallinas criadas en jaulas y con una alimentación exclusivamente a base de pienso.

El aporte nutricional comentado previamente estará condicionado, en parte, por la alimentación y crianza de las gallinas. Por lo tanto, es recomendable evitar comer huevo cuyo código sea de la categoría 3.

Sin importar cuál plan alimenticio lleves, el objetivo que tengas, la cantidad de veces que comas en el día o si practicas ayuno intermitente, comer huevo siempre será beneficioso para tu salud y tu bienestar físico.

Desde el team Tano Villar os recomendamos que le eches huevos a la vida.

Fdo: Mikel López de Munain – TTS Nutrición Humana y Dietética